Noches

Hay noches en las que al cielo le sobran estrellas y a mi las ganas de ti.

Hay noches casi tan vacías como aquel bote de ahorros que nunca estrené o mi alma cuando el vaso ha pasado de estar medio vacío a rebosar. Hay noches de desenfreno, noches largas en invierno que cualquiera diría eso a las 6 de la mañana cuando te quitas el pijama y haces un spring para no morir de frío en el intento nulo de tener cara de sábado a mediodía un lunes por la mañana. Hay noches que queman más que cualquier noche en vela. Noches en las que duermes por no llorar, o por no pensar... Pero en las que misteriosamente la cama se vuelve nuestro mejor aliada y a la mañana siguiente no deja ni rastro húmedo provenientes de los ojos que alguna vez miré a centímetros de distancia.

Hay noches que se vuelven más amargas que cualquier café solo, ese que odio beber y que solo encuentro en tu mirada... Quizás por eso me quitas el sueño cada noche si es que no apareces en cada película cuando cierro los ojos.

María.